lunes, 25 de junio de 2012

Dios Helio

Dios Helio
Por Alfredo Martínez Hidalgo
(Cad. II A. E) 

Era un cielo rojo, en las tierras de Marte, dominado por la sangre vertida en las tierras desérticas. Ya no había agua. Ya no había esperanza.  Solo quedaban vestigios de guerras pasadas y mucho acero oxidado. Recuerdo que el sol me quemaba y ella invocaba a dios Helio, para que terminara con este purgatorio infernal. Nuestros padres habían muerto en la última guerra, y solo quedábamos los dos.  Ella rezaba con fuerza, mientras yo la acompañaba. Estábamos en el templo de Helio. En tanto, sentíamos la muerte:

-          Pero es que el sol me quema y ya no queda tiempo para escapar!- yo le decía.
-           Sálvate! Sálvate y sálvame! - gritaba ella.

Ya estábamos perdidos. Volvimos a ser tierra de Marte.

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