viernes, 13 de diciembre de 2013

Eternidad

ETERNIDAD
Por José Miguel Caradeuc
(S.A. IV A.E)


Que el cielo me aniquile ahora
que la sombra entre hasta el recóndito de el mismo,
hay una plaga que azota mis pupilas
es tu caudal de inasistencias en mis oídos
es tan solo tu ausencia completa
estando presente...
como una estampida me azotan las energías de tus tristezas
me quema el fuego de tus anhelos
siempre me hago parte de otro yo
siempre tus labios se hacen míos
se hacen mis versos
se hacen mi sol
entonces,
 por mas que mire a mi alrededor
por mas que mire en mi mismo
mi suelo es tu suelo
el mismo síntoma es mi duelo
embelleces los momentos que hundieron el tiempo
¡oh tiempo!,
 bastardo amigo
enmudeces nuestro andar
hubieron estados en los que nunca estuviste
mi alegría fue inmensa,
 mi corazón la eternidad.
 Flotamos por un sauce que lloraba como ninguno,
nada importaba,
jugamos a ser reyes, magnos, dioses, herederos de la nada
en el hostil contexto que nos rodeó.
Tiempo…
 eres el caudal atrofiado en mis pies
nunca deslizaste un manto de esperanzas en los pozos de alegría
sino mas bien,
 me ubicaste en las filas y correderos de animales enfermizos
me entresacaste de la eternidad y me pusiste en el todo
donde no hay nada,
donde lo circunstancial es vida y lo rápido convence.
Te extraño amada mía,
 porque se cuanto vales
porque se que mientras rompimos el reloj
¡logramos lo inalcanzable!
vivir.
Aunque había algo que nunca descifré en ti 
como un ángel tapado y encadenado
como un hermoso cristal en el fondo de un pantano
si tan solo me mostraras eso,
oiríamos nuestro silencio,
el rocío de nuestra lluvia gris acabaría
detendríamos el diluvio de nuestras tristezas
 incendiaríamos nuestra fe y despertaríamos el alba.
Pero sigues así,
hablándome sin palabras
hablando con tu voz
no con tu espíritu.

He Muerto al Nacer

HE MUERTO AL NACER
Por José Miguel Caradeuc
(S.A. IV A.E) 


He muerto al nacer
por un solo instante lo asimile.
Caí desde el seno de los dioses
para enmendar mi camino 
que es el tuyo,
flote años por dimensiones 
tantos que nunca existieron
era como avanzar quieto.
Luego volví a tierra firme
donde las semillas se apenan y explotan
donde la tierra come de los pies 
y los pies se abalanzan para conocerla y aplastarla,
cambie las tonadas del cielo y conocí la voz humana.
Al nacer abrí el cosmos de las moraleja
el manantial de mis ojos vieron por primera vez tu sonrisa
era como el lago del universo que se detiene pero  fluye
era como sacudirme en mi lecho celestial
era tu sonrisa hermosa madre,
y en tu voz mi voz,
en tus manos la aurora,
 y en tu mirada Dios.  
He muerto al nacer
no fui yo quien dio forma al mundo,
 el mundo me ha formado
como quisiera ser el puente de esa creación
como quisiera ser el portón de la verdad crucificada
como quisiera hoy decirte lo que siento
si mientras estemos acá solo percibimos nuestra propia sombra
tu vienes de mi 
yo estoy en ti.

martes, 22 de octubre de 2013

Concurso Literario Olegario Lazo 2013: Escuela Militar en 100 Palabras

El Rulfo

Cuando Cortázar pidió la baja en primero, aprecio Rulfo. Él es mi amigo imaginario y a veces creo que yo soy el suyo. Hacemos todo juntos: lavandería, sastrería, almacén de alumnos, zapatería.  Caminamos juntos por la Escuela y hablamos e la vida imaginaria.  A veces, en período de exámenes, vamos al casino por un cigarrillo para los nervios.  Ayer se puso melancólico y me pidió que le imaginara una polola.  Me da miedo que pida la baja y se vaya con ella.  Tal vez yo también desaparecería.

                                                                                                                       Elodin
                                                                                                 S.A. Sergio Poblete Ahumada


Gotas de un adiós infinito


Caminé fugaz bajo la lluvia, esquivándola inútilmente.  Agobiado entré al Olimpo, y busqué desesperado un espacio vacío.  Un rincón solitario…Una esquina amable abrazó mi alma, mi cigarro y mi soledad.
Las luces puntuales de las 22:00 se las llevó el hondo sonido del clarín, pero para las luces del infinito no hay ni horarios ni clarines.  Brillan infatigables como el recuerdo de tu adiós, y contemplando el mismo infinito que aquella vez, recordé cuando dijiste que no había nada más hermoso que Santiago de noche y con lluvia.  Pero te equivocaste.  Era Santiago, de noche, con lluvia y contigo.


                                                                                            Melchor
                                                                                                 S.A. Matías Morales Figueroa


 Run Run se fue pa’l Norte

Cuando él le dijo, ella lloró. Una mezcla extraña entre pena y orgullo.  Su hijo fue aceptado para ser oficial de Ejército y se tendría que ir a finales de enero.  Tal vez nunca más vuelva.  El abuelo lo abrazó muy fuerte, pero sabía que debía dejarlo partir.  La tierra, el barco, el arado y el caballo sólo serían juegos pasados.  Sonaba Violeta Parra en el radio.  Run Run se fue pa´l Norte.  En quince días más empezará una nueva vida en Santiago. Por favor, que le vaya muy bien.


                                                                                                                          Alex
                                                                                                        Alfredo Martínez Hidalgo



Los centinelas

Saber que te toca hacer centinela un fin de semana da mucha lata.  Sobre todo cuando se pone a llover.  Ni el hambre, ni el sueño o el calor me atacan mucho.  Pero el frio es otra cosa.  Es lejos lo que más me mata.  Lo único que quieres es que llegue luego el relevo.  Sin embargo, si das una ronda por la Escuela Militar, te darás cuenta que hay centinelas permanentes.  Tanto “Lautaro”, “O’Higgins”, ”Los Piluchos”, El Tamborilero” o “el Granadero argentino”.  Nunca son relevados. Los admiro mucho, ellos nunca se quejan de nada. Quizás por eso están ahí.


                                                                                                     Gandalf
                                                                                                      Alfredo Randolph  Fuentes


Caminando hacia la Historia

Caminando hacia la historia pensando en ser parte de ella, largos pasillos traen recuerdos narrados por viejos soldados que llaman a recrearlas.  Historias de alegrías, penas, pasión, honor y camaradería, empapada de recuerdos.  Crucé el umbral para formar parte de la guardia de honor de la patria, alentada por frases de inspiración estampadas en bronce, aquellas que cubren este gran Alcázar fortificado de sentimientos profundos, que llaman vocaciones y hacen crecer llamas de patriotismo, que arden en el alma de futuros ejemplos del liderazgo, forjando futuras historias de soldados, iluminando nuestros pasos hacia el futuro, legando amor por nuestro Ejército.


                                                                                                                       Pantera
                                                                                                           Rocío Peralta Bustos


Sensaciones

¿De qué se compone la vida, sino de sensaciones extraídas por tu mente y atesoradas por tu corazón?
Aún mi cerebro descansa.  Percibo débil el primer toque de diana.  Son las cinco cuarenta y cinco y parpadeo rápido para conseguir reaccionar.  Por un segundo, un bombardeo de pensamientos viene a mi cabeza, al igual que la cadencia de un fusil ametralladora en medio del combate.
¿Qué tiene preparado para mí este nuevo día o, más bien, con qué seré yo capaz de sorprenderlo?
Un día más de desafíos.  Un día de menos de lograrlos.
Seis meses en la Escuela Militar.


                                                                                                                        Beatrice
                                                                                                           Romanet García Merino

Alberto Blest Gana

Mi escuela tiene un lugar donde respiran caballeros  intrépidos, romances épicos, detectives tortuosos, versos que llegan hasta el alama del más vigoroso.  Pero luego de departir con muchos de ellos he descubierto que estos llevan años sin ser revividos.  Kafka ya no nos pasma con su metamorfosis.  Neruda ya no inspira a nadie con sus odas, para que mencionar los cuentos inverosímiles de Cortázar o la desdeñada Lota de Baldomero Lillo.
Sólo puedo atribuir este evento debido a que la biblioteca queda muy alejada, y no a que el cadete se olvidó de leer un buen libro.

                                                                                                                         Filotus
                                                                                                               Diego Soto Soto



Magia en la Elipse

Encajona la banda de guerra, mi teniente nos envalentona.  A mi izquierda veo volantines con trocitos de cielo, a mi derecha  los  importantes.  Se marca el primer compás, el izquierdo marca el bombo y se acercan las banderolas.  Paso la Blanca y me preparo, alcanzo  el azul y comienza el paso regular, entro al trilocular y empieza la magia.  Levanto a cuarenta y cinco grados mis pies, rodillas estiradas, punta hacia afuera y vista franca a la derecha.  Al rojo llego el corazón un poquito más grande que antes, y el Parque O’Higgins fue testigo.
         
                                                                                                             
                                                                                                                           Luna
                                                                                                       Cristóbal Dinamarca Cazor



Diario Mural


Mi nombre en el diario mural. “Presentarse en la oficina del director de la Escuela”.  Llegué.  ¿Qué tipo de relación tiene con Daniela? Porque ella es mi hija.


                                                                                                                          Alex
                                                                                                       Alfredo Martínez Hidalgo






Me gustas

Me gusta que en tu anonimato observes a los niños salir hechos hombres.  Me gusta que en la frialdad de tus paredes, seas capaz de cobijar tibiamente a tus jóvenes con el calor del compañerismo.  Me gusta que optes por silenciar tu indudable alma viva.  Me gusta que en esas dieciséis columnas estén fijas las miradas de tu nación.  Me gusta que en tu frente tengas el mismo bicentenario guardián de fierro que te protege del enemigo, blandiendo su espada la viento.  Y aunque sea sorprendente y duro admitirlo, me gusta la forma en la me formas, ¡mi Escuela!


                                                                                                                             Merlín
                                                                                                               Ángelo Magaña Suazo

Vocación

Solía caminar desde la estación Escuela Militar hasta mi casa, por Vespucio, todos los días cuando volvía del colegio.  Pasaba por el frontis preguntándome si había gente ahí dentro.  Por fuera nunca se ve a nadie.  Me preguntaba qué se sentiría.  Me refiero a ser militar, estudiar y entrenar ahí dentro como cadete.  ¿Será muy diferente a lo que hago normalmente? No lo sé.  Ahora todo es diferente.  No me imagino mi vida si no hubiese entrado.  Es extraño.  Siento que esta carrera es lo que siempre quise, pero que sólo me vine a dar cuenta cuando ya estaba acá.

                                                                                                                         Antiguo
                                                                                                        Alfredo Randolph  Fuentes


“Días que no son Días”

“Cada día despierta en un mundo diferente.  Los colores, y las formas, esas dimensiones son como la perfecta libertad elegida por él.  Día a día vive diferente, elige lo que quiere, nunca recuerda el día anterior, y tampoco el momento en que despertó.  El sólo vive la sensación de libertad que tiene, que sólo lo limita el mismo mundo en que lo encierra.  Los colores y formas lo fascinan como si nunca los hubiese visto.
Es triste el momento en que lo sacude un solo grito: “¡Despertar!” Y toma conciencia que su libertad es tan grande como lo eran sus dueños.


                                                                                                                         Chité
                                                                                                          Ricardo Alarcón Sehythe



El Juramento

Nos preparamos toda una semana para el desfile, la ceremonia que quizás es la más importante de nuestra carrera militar.  El día llega.  Esa mañana no es como las anteriores tiene algo especial.  Nos vestimos con la guerrera azul, orgullosos, y salimos al patio a asumir el gran compromiso con la Patria.  En cuanto sale la unidad de formación, vemos a nuestros padres orgullosos, y nosotros, sin expresión en el rostro, marchamos elegantes y marciales hasta que llegamos a donde debemos estar frente a la tribuna, frente a todos nuestros familiares.
La ceremonia arranca y no nos damos cuenta cuando llega ese momento.  Cae la bandera y decimos el solemne juramento. Nos llenamos de orgullo y honor.  Asumimos el compromiso de defender nuestra Patria con nuestra vida.


                                                                                                                 Bandera
                                                                                                               Rubén Jofre Caro

Escuela en 100 palabras

En la continua búsqueda de una sociedad con valores y virtudes, digan de ser heredera de grandes héroes que han precedido nuestra historia.  Un alcázar escoltado por una imponente y blanca cordillera, y rodeada por la urbe capitalina, ha sido testigo y formadora de los líderes del mañana que Chile espera cobijar en su hermosa tierra.  Y de esta forma no perder la senda que nuestros antepasados con sacrificio nos han creado.  Merito, virtud y ejército y sobre este Ejército la grandeza de Chile.

                                                                                                                              Oso
                                                                                                             Ignacio Vega Blázquez


Lo que nos mueve

Alcázar de las cien águilas que ven escurrir sus sueños como en un reloj de arena.  ¡Es posible alcanzar un sueño que cada vez, en vez de acercarse se ve más lejano?
¿Es posible mirar la vida sin ese resentimiento por el cual luchamos cada día?
¿O es que solamente estamos acostumbrados a ver pasar nuestros sueños?
Nuestros anhelos a cambio de algo que s más fuerte, quizás es algo que nos mueva.  Algo que nos recuerde los mínimos, pero valiosos momentos, que son las fuentes de nuestra felicidad con la cual expulsamos hasta el más grande de los temores.


                                                                                                                             Águila
                                                                                                            Rubén Peralta Salazar



Un franco más


Franco normal, al fin.  Algo más de dos días.  Son cincuenta y un horas, tres mil sesenta minutos.  Algunas pichangas, un asado, tardes de cine con la familia, de cuadernos ni hablar, un buen libro, el carrete, la amiga que es algo más…¡Asesino! Grita un joven al bajarse del metro, agregando uno que otro esto que no se alcanzan a distinguir.  Las puertas se cierran.  La gente observa la reacción del inmóvil cadete.  El vaivén del ten devuelve el pensamiento.  Ciento ochenta y tres mil seiscientos segundos, un merecido descanso. Franco normal, al fin.

                   
                                                                                                       Elodin
                                                                                                    S.A. Sergio Poblete Ahumada


Maestra de concreto

Concreto estoico forjador de hombres virtuosos.  Enseñas a tu gente a ser dura sin perder su ternura, y conservar las tradiciones de los mismos ancestrales ojos oscilantes de vida que nos observan en cada retreta desde el firmamento, y que se empañan de orgullo al ver a sus hijos jurar de por vida.  Duela la distancia, duele la doctrina, pero más duele no servirte Patria querida.
Estos bronces rememoran el mismo legado patriota, y no cabe duda alguna que cuando el país requiera de tu gente, la estrella solitaria sentirá nuevamente la alegría triunfal de las batallas de antaño.

                                                                                                                           Merlín
                                                                                                              Ángelo Magaña Suazo


El segundo hombre en la Luna


El capitán decía que los segundos lugares no eran importantes.  ¿Acaso alguien sabe quién es el segundo hombre en pisar la luna? Levanté la mano:”Buzz Aldrin”.  Cuando niño quería ser astronauta …

                                                                                                                            Alex
                                                                                                         Alfredo Martínez Hidalgo






Crimen y castigo

La afilada hoja pendulaba sobre su impoluta desvellada.  Su cuello esperaba el impacto de la sentencia.  Una fría gota de sudor recorrió su espina.  Sus manos, inertes, al costado de su impecable pantalón, no eran capaces de hacer movimiento alguno, no con doscientos ojos sobre él.
Finalmente.. resignación.  El verdugo terminaba su diatriba y alzaba su hoz al compás de su castigo…
Cerró los ojos como acto reflejo sin saber que esperar.  Dolió menos de lo que imaginó. Y tomó su puesto, pensando en que haría con sus dos días de arresto.


                                                                                                         Elodin
                                                                                                    S.A. Sergio Poblete Ahumada


El gran día

Desperté más temprano que de costumbre.  Ni siquiera el corneta de servicio había tocado diana.  Era una mañana como todas, pero única a la vez.  Se respiraba  un aire especial, y estoy seguro que no era el único que se daba cuenta de ello.  Todos estaban arreglando los últimos detalles de su equipo.  Nos dieron unas enormes colaciones para no tener hambre durante el  día, porque no faltan los que se desmayan.  Recuerdo que en un momento habíamos visto ese día como algo lejano, pero ahí estábamos.  Faltaban minutos para que la banda diera comienzo a la gran Parada Militar.

                                                                                                                          Recon
                                                                                                        Alfredo Randolph  Fuentes


El sueño de un niño

Un niño soñó con un valiente jinete que se decidió a recorrer los vertiginosos y recónditos lugares de terrenos desconocidos, sorteando luchas y batallas con gigantes forasteros, para llegar y cumplir sus nobles ideales.  De pronto, el niño siguió la ruta de aquél jinete, e ingresó a un imponente edificio que cobijaba a cientos de niños que un día en sus mentes vivieron el mismo sueño.  Y cada vez que miraba su alrededor, se daba cuenta que aquél joven jinete, se había convertido en el Héroe que todos querían imitar.


                                                                                                                          Tachuelazo
                                                                                                                  Diego Vásquez Lazo




“Pelu”


“Gabriel vive con ciento ochenta personas. A pesar de la multitud, siente soledad.
Encontró una mascota, una pelusa que halló limpiando bajo su cama.  “Pelu” su secreto del botín izquierdo.  Lo observa y juega.  El viernes, saliendo franco, la descuidó en el ajetreo de salir pronto.
Al llegar ordenando, la busca.  No está.  Revisa bajo la almohada, botín, casco, bajo la cama, closet.  Desesperado busca en todos lados, no sabe qué hacer, su corazón desborda en llanto, la soledad lo oprime, busca el pañuelo en su bolsillo para limpiar sus lágrimas.  Siente la textura felposa, voluptuosa y suave.  Era “Pelu”.

                                                                                                                           Chité
                                                                                                          Ricardo Alarcón Sehythe


El cuidador

A Don Carlitos te lo encuentras paseando por el patio de honor, martillando las “chapas” para las formaciones, o acarreando banderas de aquí para allá, saliendo sigiloso de las catacumbas de la Escuela (del as cuales dicen, él es amo y señor).  Siempre que lo veo con su rápido paso y sus largos brazos casi arrastrándose, me pregunto: Cuando Don Carlitos nos deje. ¿Quién cuidará de las criaturas subterráneas del Alcázar?

                                                                                                      Elodin
                                                                                                    S.A. Sergio Poblete Ahumada


Escuela Militar en Cien Palabras

Dime si es común ver el tiempo inalcanzable volar por los pasillos que cuentan cientos de historias.  Dime si es normal encontrar almas llenas de esfuerzo, pensando en que un mañana descansarán.  Dime si es vulgar el sacrificio de aquellos que sudan por enseñar, con tan solo ayer haber aprendido.  Dime si es ordinario vernos hacer nuestro mejor trabajo, como alguna vez lo prometimos. Dime si es tan fácil encontrar carreras y competidores todos los días, que despertamos pensando en dar hasta lo que no tenemos, y dormimos esperando poder dar aún más.  Te digo que esa es mi escuela.


                                                                                                                           Andes
                                                                                                              Pablo Cerda Bustos




Pololeo

El Cad. Nadales, encuadrado en la 4° Compañía, un día decidió hacer un cambio en su rutina.  Se inscribió como voluntario en una corrida para discapacitados del ejército organizada por la Escuela Militar.  Ahora pasa todos sus fines de semana con una chica que conoció ese día, y tienen una linda relación.  Es avanzada la noche.  En la cuadra, entre el eleve susurro de los cadetes acostados, se oían veloces golpecitos en el teclado de su IPhone.  Un haz de luz se alcanzaba a percibir fuera de su cubrecama.  Estaba chateando por Whatsapp con su polola. Antes no solía hacer eso.

                                                                                                                         Latino
                                                                                                        Alfredo Randolph  Fuentes


Junto al tricolor

Todos tomamos malas decisiones.  La Panchita, una queltehue que salió del huevo en el cerro “La Gloria” hace dos años, tomó una.  Lleva casi cinco semanas empollando sus cuatro huevitos en el pasto junto al patio de honor, frente al primer tricolor.
Lástima por Panchita. Cada lunes cuando la Escuela desfila y pasa a pocos metros de su nido, creo que  la pobre se le saldrá el corazón por el pico, asustada por sus polluelos.





viernes, 2 de agosto de 2013

Emancipación de mis Pesares

Emancipación de mis pesares
Por José Miguel Caradeuc
(S.A. IV A.E)

He reconocido el óxido con que las plantas fueron construidas,
Aplico patrones según la palabra me lo indica
Todo es remoto control
Me fragmento en mis estudios acerca del todo
Quisiera ser el rey de la travesura invisible, 
Navegar por ese lugar,
Pasaron las horas que determinaban la naturaleza de lo incierto,
Ahora todo se hace real bajo el alba,
Es como un cuento de aquellos que no se han contado,
o que al escribirlos podrían reformularse hasta convertirlos en letras ciegas.
Si el desconcierto hablara las mil lenguas que profesamos ,enmudecería el mañana,
no hay claveles de marfil ni de hierro para ti, solo hay un volcán de dominós,
Solo un puñado de marcas profanas en telas de un juicio superior,
Es como un laberinto abierto, con salidas a la entrada,
Nada puede cambiarlo,
Se hace prominente esta marcha por el descenso arrítmico,
Sin Dios, sin ley, sin familia, sin amigos, sin mí
El escalón que subo me vuelve a refrigerar en una interrogante titánica,
¿ calmaré los ataúdes rígidos con los que hoy duermo?,
¿ veremos el gozo del goce de los gozadores o reiremos de la feliz frustración ajena todo el tiempo?,
o es más, reír para después llorar,
Descubrir para callar,
Tiempo para vivir
Vivir para no vivir
Si lograra caminar por las abrumadoras carcajadas del desierto
Me sentiría a gusto,
Este lugar no demuestra contornos distantes a un tapiz de alambradas punzantes,
Ruego mover mis manos
Tan rápido como mi bálsamo de fraude enmascarado,
Esos frutos que recomendarían ser un desliz por mis alas, son colores muertos,
Que otros atornillaron  en mi frazada,
Podría climatizar un poco esas verdades de nuestro fulminante ego,
Pero hoy sé que es parte del eterno ajedrez en el que vivo 
Mátame ahora y dime que hay después,
Verás que el incierto se hizo cierto,
Un revólver es la calidez de mi sangre,
¡Vives tras el profundo devenir dormilón de la jaula!
Cristales y cuarzos difaman como el vientre lactante,
Gritos con grietas
Mi dolor anuncia:
¿dónde te ocultas?,
Por mi alma dormida que agoniza,
de pronto enciendo algo que no es algo como tal,
Enciendo linternas en mis manos,
Opaco la verdad plástica,
la que olemos a diario y que me tortura describirla,
¿Tu hablas del campamento inmutable? 
¿Riegas las flores de los pies de doncellas muertas?
 Mírame y atrévete a ridiculizarme por años de insomnio,
 Desenmascárate de una vez, y sella lo pactado,
 Aulas de trigo y faisán me esperan visitarlos, ya es hora,
 No mires atrás,
Encarcela mis labios y entierra tu aguijón de conocimiento,
Eres la puerta triangular capaz de lamer tu misma lengua ,
Trázame por ese andén de estrellas caídas,
Reconoce la luciérnaga en la fiesta híbrida,
Es mi turno de frotar la escena siniestra del placer inmortal,
Dame el olvido de mí,
Despierta alma mía,
Quema mi sangre con los ojos de la llama absoluta
Soy la Verdad y la Vida. 

viernes, 12 de julio de 2013

Si atrás volver pudiera

Si atrás volver pudiera
Por Íñigo San Juan Pernar
(Cad. I A.E)


El tiempo en la soledad suena 
se alza el péndulo y cae la noche 
la risa y el vino en hora tan amena 
hacen recuerdo de alegría en derroche. 
Mira cómo las luciérnagas danzan 
buscan con gozo la luz de las farolas 
que alumbran el camino a quienes avanzan 
por océanos de sueños y gimientes olas.
 
Esclavo soy del gran relojero 
replica en lejanías sus campanadas de verdad 
que quien quiera doblegar al tiempo imperecedero 
no conseguiria con ello triunfo o libertad. 
tal vez si atrás volver pudiera 
atrás las nieblas de oscura madrugada. 
Besar los labios de una mujer quisiera 
descansar bajo acacias de mi tierra tan amada. 
Cae el letargo en viñedos de otoño dorado 
vestidos de rojo, bañados en oro. 
Duerme el búho por viento cantado 
y madura la tierra que extraño y adoro. 
Destellos celestes en amanecer helado 
vi la sonrisa de Dios en las montañas. 
Los hilos plateados de un río tormentoso 
en el que tú, pura luna, te bañas. 
Giran en carrusel estrellas grises 
galaxias en espiral, en polvos de vida. 
Navegan las almas en quietudes felices 
tras haber dejado su pena vencida. 
Sus sombras se alzan, atentos vigilantes 
en la noche eterna, su compañía buscamos. 
Quienes sosmos del destino seguidores errantes 
quienes la nobleza de su memoria honramos. 
El frío del pasado nos golpea los rostros 
de lo que fue nada queda mas que una Cruz quebrada. 
Los días alegres, esos fueros otros 
pues ahora sólo queda un alma en llanto abandonada.