viernes, 13 de diciembre de 2013

Eternidad

ETERNIDAD
Por José Miguel Caradeuc
(S.A. IV A.E)


Que el cielo me aniquile ahora
que la sombra entre hasta el recóndito de el mismo,
hay una plaga que azota mis pupilas
es tu caudal de inasistencias en mis oídos
es tan solo tu ausencia completa
estando presente...
como una estampida me azotan las energías de tus tristezas
me quema el fuego de tus anhelos
siempre me hago parte de otro yo
siempre tus labios se hacen míos
se hacen mis versos
se hacen mi sol
entonces,
 por mas que mire a mi alrededor
por mas que mire en mi mismo
mi suelo es tu suelo
el mismo síntoma es mi duelo
embelleces los momentos que hundieron el tiempo
¡oh tiempo!,
 bastardo amigo
enmudeces nuestro andar
hubieron estados en los que nunca estuviste
mi alegría fue inmensa,
 mi corazón la eternidad.
 Flotamos por un sauce que lloraba como ninguno,
nada importaba,
jugamos a ser reyes, magnos, dioses, herederos de la nada
en el hostil contexto que nos rodeó.
Tiempo…
 eres el caudal atrofiado en mis pies
nunca deslizaste un manto de esperanzas en los pozos de alegría
sino mas bien,
 me ubicaste en las filas y correderos de animales enfermizos
me entresacaste de la eternidad y me pusiste en el todo
donde no hay nada,
donde lo circunstancial es vida y lo rápido convence.
Te extraño amada mía,
 porque se cuanto vales
porque se que mientras rompimos el reloj
¡logramos lo inalcanzable!
vivir.
Aunque había algo que nunca descifré en ti 
como un ángel tapado y encadenado
como un hermoso cristal en el fondo de un pantano
si tan solo me mostraras eso,
oiríamos nuestro silencio,
el rocío de nuestra lluvia gris acabaría
detendríamos el diluvio de nuestras tristezas
 incendiaríamos nuestra fe y despertaríamos el alba.
Pero sigues así,
hablándome sin palabras
hablando con tu voz
no con tu espíritu.

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